sábado, 24 de enero de 2015

SERIE: LOS NIÑOS OLVIDADOS DE GARAVITO (V) "ERA UN NIÑO JUICIO, QUE LE GUSTABA MUCHO COMER FRIJOLES Y JUGAR BOLAS"

José Alberto Gómez Bueno
Una mañana del 26 de noviembre de 1994, José Alberto Gómez Bueno, de tan solo nueve años, se disponía a salir de paseo con su familia, pero antes tuvo que llevar, a una cuadra de su casa, un desayuno a un cuñado de su mamá, siendo visto por última vez en el sector de la galería del municipio de Buga, en el centro del departamento del Valle del Cauca. 
Entrega de los restos óseos de José Bueno
20 años después, el 21 de noviembre de 2014, Floralba Bueno Giraldo, recibió de manos del grupo de Identificación Humana de la Fiscalía de la ciudad de Pereira, un cajón con los restos óseos del menor, el cual fue abordado por Luis Alfredo Garavito, alias "La Bestia" quien posterior a su captura, en octubre de 1999, confeso haber abusado sexualmente de él, asesinarlo y desaparecerlo.

La madre de José Alberto Gómez Bueno
Para Floralba Bueno, José Alberto Gómez era un niño muy juicioso, obediente, que comía de todo, pero que en especial le encantaban los frijoles y sancocho, muy buen estudiante, que soñaba ayudar a sus abuelitos cuando fuera grande, ya que eran muy pobres y que le gustaba mucho jugar fútbol y bolas.



(VI) "GARAVITO YA LO TENÍA EN LA MIRA"
Prima de José Alberto Gómez Bueno
José Alberto Gómez Bueno, de nueve años, fue uno de los 47 menores que entre 1992 y 1999 abuso sexualmente, asesino y desapareció en el departamento del Valle del Cauca, Luis Alfredo Garavito, alias “La Bestia”, quien dio muerte a 172 menores en Colombia durante ocho años.
El niño José Alberto Gómez Bueno, desapareció en el municipio de Buga, en la mañana del 26 de noviembre de 1994, cuando fue a llevar un desayuno a un cuñado de su mamá, que tenía una carnicería en la galería.
Primo de José Alberto Gómez Bueno
20 años después, el pasado 21 de noviembre de 2014 los restos óseos del niño fueron entregados a sus familiares.

Floralba Bueno Giraldo, asegura que Garavito ya lo tenía en la mira, ya que según testigos, se mantenía consumiendo licor en la galería y pendiente de los niños que iban a ese sitio.

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